Entré en las puertas del pasado
Me atendió un ángel caído
Pregunté sobre mi futuro indescifrable
Y me dijo que…
No cierre los ojos en el agua turbia
Que no juegue con demonios que se disfrazan de santos
Y que no confíe en los buenos presagios
En el lugar donde las personas morían antes de nacer
Y que el sueño de las flores era crecer
Estaba mi ángel
Curando mi angustia y aumentando mi poder
Aquel paraíso donde los sueños eran realidad y no viceversa
Brillante cielo color cereza
Allí donde las incertidumbres se hacían certezas
Caminaba yo a la desolación
Estaba perdido
Sumido en el infierno por no poder verte
Tenía miedo de perderte
Y morir sin amarte
Mi ángel vino, trató de rescatarme
Pero de los lazos del infierno no podía desatarme
En sus alas me gustaría aferrarme
Y a salvo con ella sentirme
Aquel paraíso donde los sueños no eran realidad, pero sí viceversa
Opaco infierno color cereza
Allí donde las incertidumbres se volvían certezas
Caminaba yo rumbo a la salvación
Alan Azcona
Sí, este tipo de pelotudeces escribo yo. El año pasado ganó una 2da mención en el certamen literario organizado por el diario Mi Ciudad, de Florencio Varela.
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